La situación no marchó bien desde el inicio, pues ante tantas protestas, el Congreso vio obstaculizadas sus iniciativas; por este motivo, Iturbide ya no pudo conciliar ( ponerse de acuerdo) con el Congreso en asuntos relevantes para el país, de hecho el Congreso se niega a dictar la Constitución Monarquica, de tal manera que Iturbide encarseló a varios diputados y disolvió el Congreso en octubre de 1822.
A Iturbide lo favorecián algunas condiciones de los Tratados de Córdoba, que él mismo se había encargado de dejar claras y también su popularidad por haber participado en la consumación de la independencia mexicana. Por otro lado, la fuerza ideológica de las logias masónicas comenzó a cumplir un papel muy importante en esta etapa. Los masones querían cambiar el gobierno Imperial por una República, de tal suerte que había conspiraciones clandestinas (ocultas e ilegales) constantes.
El Intervencionismo Estadounidense
Destaca como ejemplo conspirativo, el caso de Joel Robert Poinsett (1779-1851), quien era masón del rito de York y que desempeñaba el cargo de embajador estadounidense, él propuso un nuevo tratado de límites entre México y los Estados Unidos, a cambio del reconocimiento de México como imperio mexicano ante el gobierno de aquel país.
Robert Poisett llegó a México para tratar de negociar que fuera cedido el territorio que comprendía: Texas, Nuevo México, Alta California, Sonora y Coahuila a los estadounidenses, y fue quien comenzó a generar iniciativa diplomática para que esto posteriormente sucediera. Iturbide lo obstaculizó y se volvió su enemigo, pero Poinsett siguió coordinando grupos subversivos (es decir que intentan invertir el orden) dentro de la misma masonería, para él posterior derrocamiento de Iturbide como gobernante de México.
Previamente Antonio López de Santa Anna (1794-1876) y Guadalupe Victoria se habían ofendidos, al ser relegados ( colocado en posiciones no relevantes) en el nuevo imperio, ya que ellos también habían tenido una participación importante dentro de la independencia del joven país. En esta nueva rebelión también participaron Vicente Guerrero y Nicolás Bravo (1786-1854), otros dos personajes que serán importantes más adelante.
Santa Anna, enviado por Iturbide, recibe al embajador estadounidense en Veracruz y traiciona allí mismo al emperador, y desde esa ciudad comienza una proclama, en la que demanda la instauración del sistema republicano federal, misma petición que Poinsett había realizado, pero esta vez en la boca de un mexicano, que sería famoso por esta forma de proceder en lo militar y en lo político. Algo que hay que destacar es que ni el mismo Santa Anna tenía una idea clara de en qué consistía el federalismo.
Otro personaje que va a tener un papel importante es José Antonio de Echávarri (1789-1834), a quien Iturbide había asignado como mariscal de campo para sitiar y detener a Santa Anna en Veracruz, acción que fracasó, pues llegó incluso a entenderse y con Santa Annay con el mismo embajador norteamericano. Echávarri traiciona de esta manera a Iturbide quien se había preocupado profundamente por su formación y ascenso.
Luis de Cortázar (1783-1840) y José María Lobato (?-1829), estos dos militares fueron enviados para sitiar Veracruz, pero terminaron igualmente traicionando al emperador. Todos se unieron en el Plan de Casa Mata, que consistía en:
1. La reactivación de los trabajos del Congreso.
2. Darle al fin la soberanía al país como nación mexicana.
2. Darle al fin la soberanía al país como nación mexicana.
3. Voltear la espalda a Agustín primero como emperador de México.
Por otro lado, las logias masónicas eran las principales opositoras a Iturbide.
Una de las principales actividades del embajador estadounidense fue reformar a las logias masónicas del rito de York, y reforzarlas para tratar de imponer la República. Entre 1822 y 1823 se produjo en el país un crecimiento de las logias antiiturbistas masónicas escocesas, las cuales estimulaban el sentimiento antiiturbista dentro y fuera que sus ámbitos de acción.
El emperador no pudo imponerse a los rebeldes, así que abdicó ( renuncia legal de un monarca) y se exilió ( salir del país por persecusión política) en Italia.
Los iturbidistas, al ver todo el caos que imperaba, mandaron traer a Iturbide de Italia, bajo la falsa ilusion de que podria devolverle la estabilidad al país. Los iturbidistas tuvieron la fortuna de que Iturbide escuchara sus ruegos y logran que regresase a México el 14 de julio de 1824, pero no contaban con que meses antes el Congreso habia expedido una ley en donde se le declaraba traidor y falto a la ley si retornaba al pais.
Cabe destacar que fue el Congreso de Tamaulipas el que decidio el fusilamiento de Iturbide, lo cual provoco cierta mala impresion al no haber pedido ningun consentimiento de su decision consensada al gobierno central en turno, y ademas por haber llevado al paredón a un “héroe” nacional como era considerado Iturbide, quien ademas de su contribucion —actuación-, como emperador de México, habia sido, como sabemos, una pieza clave para la activacion del movimiento insurgente y consolidacion de la Independencia.
Iturbide murió de la forma más vil, repudiado, odiado y además calumniado, se dice que él jamás tocó un solo centavo de las arcas de la nación para enriquecerse, pero el gobierno mexicano de ese momento y su sociedad así habían decretado ya las cosas y murió fusilado. Sus restos descansan en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.
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